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Mostrando las entradas de noviembre, 2013

¿Qué sucede si un niño está continuamente frente a una pantalla?

Gabriela Reza Goytia Terapeuta de Niños, Adolescentes y Adultos en Vive y Crece* Una pantalla es una unidad de visualización de un equipo; ya sea el de una Televisión, PC, Celular, Tablet, Smartphone, etcétera. Y aunque la Academia Americana de Pediatría, recomienda que los niños menores de 3 años no vean pantallas y los niños mayores de esta edad no lo hagan por más de dos horas; ya existen carreolas con pantallas. La Dra. Guadalupe Amescua, directora del CESIGUE (Centro de Estudios e Investigación Guestálticos) comenta, que los niños que pasan la mayor parte del tiempo frente a una pantalla, dejan de ver los rostros de las personas, dejan de observar, dejan de sensibilizarse; y cuando un niño deja de ver el rostro de sus padres o de las personas con quienes convive, también se vuelve más desobediente. Durante los tres primeros años de vida, los niños aprenden el lenguaje corporal, aprenden a reconocer los rostros y a “leer” los rostros, es decir, los gestos. Y aunque nos

Bitácora Conducción Grupal

Verónica Reséndiz Estudiante de Maestría en Psicoterapia Gestalt Antes de cualquier análisis de la sesión, me permito usar este espacio para externar, que el presente escrito es un intento por rescatar mi experiencia como facilitadora de un grupo, mediante mi propia vivencia y la teoría revisada durante el semestre. Dando por entendido que la redacción y análisis del grupo es a destiempo. En este sentido me gustaría iniciar por lo que según la teoría debe desarrollar un facilitador.                 Para los facilitadores de grupo y estudiantes del proceso de grupo existen cinco áreas principales de trabajo en los grupos (Philipson y Harris, 2004): I.                     Desarrollar nuestro entendimiento de cada persona individual en el grupo. II.                   Darnos cuenta de la naturaleza y del desarrollo de las relaciones entre individuos. III.                 Permanecer en contacto con las dinámicas del grupo en su totalidad, y con su desarrollo a través del ti

¿Cómo puedes crear momentos de juego con tus hijos?

Gabriela Reza Goytia Terapeuta de Niños, Adolescentes y Adultos en Vive y Crece* He escuchado a muchas mamás o papás decirme comentarios como los siguientes: “ Gaby, ¿a qué hora puedo jugar con mi hijo o hija?, si la disposición la tengo, pero tengo tantas cosas que hacer en el día que a veces termino tan agotado o agotada que la verdad ni energía ni ganas me quedan de jugar con mi hijo, llego muy tarde del trabajo que únicamente me quedan ganas de ver un ratito la tele y de cenar juntos, a veces llego y ya están dormidos y el único ratito que tenemos para convivir es en la mañana al ir a la escuela .” También me comentan: “hago la comida, reviso tareas, meto la ropa a lavar, alistamos los uniformes, los llevo a su clase de natación, de ballet, de karate o juego con ellos; porque cuando me doy cuenta ya es hora de que se pongan la pijama y se vayan a dormir; el tiempo no me rinde… ando tan a las prisas…” Probablemente tú, si eres mamá o papá, te identifiques con estas ex

Si los adolescentes viven con demasiadas normas aprenden a saltárselas

Eduardo Carlos Juárez López Estudiante Maestría en Psicoterapia Gestalt Coincido con el autor, los mejores recuerdos de mi adolescencia son en lo que burlaba la autoridad para saltarme normas. Al principio al recordar esa etapa de mi vida pensé que era un niño bueno bien portado y así era, lo que me di cuenta después es mi sutil manera de manipular. Cuando necesitaba salir de la secundaria porque se me había olvidado algún libro o tarea iba a la oficina del director y lo convencía de que me dejara regresar a mi casa pues necesitaba una cuerda de repuesto para mi ensayo con el grupo de violines. Era muy divertido hacer esto, sin embargo, ahora me doy cuenta que es la forma en que manipulo el mundo. Es peculiar porque parece que todo estuviera bien, en orden y pedido de buena forma sin embargo esconde una tremenda falta de respeto. Me gusta la propuesta del autor en hacer partícipe al joven en la construcción de sus reglas. Una regla jamás será respetada si no se le involu

El camino de las lágrimas

Jorge Bucay Tristeza y dolor, dos compañeros saludables. En el lenguaje de todos los días solemos equiparar el dolor con el sufrimiento, y la tristeza con la depresión. Si buceamos en las etimologías del duelo encontraremos que más allá de la hablada relación con el dolor existen además otras derivaciones interesantes. Una es la que relaciona el origen con él, que quiere decir batalla, pelea entre dos; y que sugiere que en el proceso interno de la elaboración de una pérdida, se establece una lucha, un duelo de hegemonías entre la parte de mí que, atada a la realidad acepta la pérdida, y la que quiere retener, la que no está dispuesta a soltar lo que ya no está. La otra derivación lingüística se vincula a dolos que quiere decir engaño, estafa, falsedad y que nos lleva a pensar en el engaño de todos los que nos han ayudado a creer que podríamos conservar para siempre lo que amábamos, y que todo lo deseado podría ser eterno. dolor = pena duelo = guerra como enfrenta