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Mostrando las entradas de 2014

De las cosas que no se pueden hacer al mismo tiempo…

Psict. Diana Loyo Rodríguez Maestría en Psicoterapia Infantil Especialidad en terapia de pareja Hay cosas que simplemente no se pueden hacer al mismo tiempo.  Por ejemplo. Estornudar y mantener los ojos abiertos...inténtenlo. Van a parpadear. Otro ejemplo, dicen los grandes, es que no se puede chiflar y comer pinole. Yo ese no lo s é a ciencia cierta...ustedes me dirán.  En fin... el ejemplo que yo quiero exponer es el de: atacar y escuchar.  Si estás atacando, da por hecho que no estás escuchando... y si escuchas, si realmente escuchas… no atacarás.

Sueños y existencia (Parte II).

Desde ahora en adelante voy a poner el acento sobre el trabajo de los sueños. En el sueño encontramos todo lo necesario, ya sea en su perímetro o en su ambiente. La dificultad existencial, la parte que falta a la personalidad, están todas en el sueño. En cierto modo es un ataque frontal al seno de la propia no-existencia. El sueño es una excelente oportunidad para encontrar los hoyos en la personalidad. Aparecen como vacíos, como espacios huecos, y al acercarse a estos hoyos viene la confusión y el nerviosismo. La experiencia espantosa, la expectación “Si me acerco a esto habrá un catástrofe. Seré una nada”. Ya he hablado acerca de la filosofía de la nada. Este es el impasse , donde evitamos, donde nos viene la fobia. Súbitamente se ponen somnolientos o recuerdan que tiene algo muy importante que hacer. Si trabajan  sus sueños es mejor hacerlo con alguien que les pueda mostrar dónde están ustedes evitando. Entender un sueño significa darse cuenta de cuando se esta evitando lo ob

Sueños y existencia (Parte I)

En Terapia Guestáltica no interpretamos los sueños. Hacemos con ellos algo mucho más interesante. En vez de analizarlos y trozarlos, intentamos retrotraerles a la vida. El modo de hacer esto es revivir el sueño tal como si estuviese ocurriendo ahora. En vez de relatar el sueño como un episodio del pasado, lo actuamos en el presente de modo que se convierte en parte de uno y así posibilitamos un compromiso verdadero. Al entender lo que pueden hacer con los sueños, podrán hacer por su cuenta muchísimo en beneficio propio. No importa si tomamos un trozo de un sueño o un sueño antiguo. Siempre que se lo pueda recordar, el sueño estará vivo y disponible, y seguirá conteniendo una situación inconclusa, una situación no asimilada. Cuando trabajamos los sueños, por lo general tomamos solamente un trozo de él. Se puede obtener mucho aun de sólo un fragmento pequeño. Si quieren trabajar por su cuenta, les sugiero entonces que escriban el sueño y hagan una lista de todos los detalles que apa

El poder curativo de los sueños que se tienen en momentos decisivos

Cuando algún acontecimiento nos hace perder la sensación de equilibrio y seguridad en la vida, la actividad onírica desempeña un papel preponderante en la forma que tenemos de recuperarnos. En tales circunstancias, es probable que en el plano consciente nos sintamos trastornados, sin control. Al mismo tiempo, el psiquismo inconsciente, soñador, se vuelve más activo y produce intensas imágenes que tienen una relación directa con los problemas emocionales que vivimos. Investigaciones actuales confirman que, en momentos de crisis y transición, se produce un notable incremento en el número y la intensidad de nuestros sueños. Hasta la experiencia fisiológica de soñar sufre una transformación: una vez dormidos, comenzamos antes la actividad onírica, los sueños son más largos e implican también una mayor actividad cerebral. Algunos de los poderes biológicamente restauradores y curativos en lo emocional que tienen los sueños se manifiestan según los recordemos o no. Sin embargo, cuand

Diferentes tipos de sueños (Parte II)

Cuando las personas sueñan, experimentan cambios importantes en su organismo, como aumento en la presión arterial, respiración agitada, secreción del ácido (en las personas con úlcera gástrica), erecciones en los hombres, y así por el estilo. Los registros electroencefalográficos muestran una actividad de bajo voltaje, con ondas apenas mejores que las alfa. Sin embargo, la corteza visual del cerebro tiene una actividad eléctrica más intensa que durante la vida consciente. Por eso, cuando las personas sueñan, mueven rápidamente sus ojos. Aunque los músculos de la cabeza y el cuello se relajan, no disminuye tanto el tono muscular de otras partes del cuerpo. En ocasiones, las personas que están soñando experimentan fuertes sacudidas en sus extremidades. Las emociones juegan un importante papel en la producción de los sueños. Según Simonov, los ruidos neuronales que generan las emociones continúan mientras estamos dormidos, también se desconectan nuestros principales sentidos, por l

Los mensajes existenciales de los sueños (Parte I )

Como ya explicamos, la función de soñar depende principalmente del hemisferio derecho, que también es el encargado de elaborar nuestras fantasías. Mientras estamos dormidos este hemisferio se activa cada noventa minutos, más o menos. Lo anterior va acompañado de movimientos oculares rápidos, lo cual nos indica que la persona está soñando. Las personas no suelen acompañar sus sueños con el movimiento y las acciones respectivas. Por eso, cuando sueñan no se dañan ni lastiman a los demás. Casi todos nosotros podemos recordar nuestros sueños. Según una encuesta de la revista Psychology Today entre más de mil lectores, el 95% podía recordar algunos de sus sueños, y el 68% dijo tener algún sueño repetitivo. Entre los sueños típicos están volar, regresar a sitios en los que vivieron en la infancia, pasear desnudos o con poca ropa en algún sitio público y presentarse a un examen sin la debida preparación. El 35% de los entrevistados manifestó que algunas veces podía controlar voluntar

La lección del amor

Una mujer muy correcta se acercó a mí al terminar una conferencia. Ya sabrán ustedes lo que quiero decir con <<correcta>>: su peinado era impecable, su ropa combinada a la perfección, etcétera. <<El año pasado asistí a uno de sus seminarios –me dijo-. De regreso a mi casa, no podía dejar de pensar en mi hijo de dieciocho años. Todas las noches, cuando volvía a casa, lo encontraba sentado en la cocina con una camiseta gastada y horrible, regalo de una de sus amigas. Siempre temía que, si los vecinos lo veían, pensarían que no podíamos vestir a nuestros hijos de forma adecuada. <<Él simplemente se quedaba allí, sentado con sus amigos. –Cuando aquella mujer dijo “amigos”, su rostro reflejó su desagrado-. Todas las noches lo reñía, sobre todo por aquella camiseta. Una cosa lleva a otra y… Bien, ésa era nuestra relación. <<Pensé en el ejercicio sobre el final de la vida que realizamos en el seminario. Me di cuenta de que la vida es un regalo, un regalo

El miedo para sobrevivir y el miedo que entorpece tu vida

Psict. Diana Loyo Rodríguez Maestría en Psicoterapia Infantil Especialidad en Terapia de Pareja Cuando llega un asaltante con cuchillo en mano o pistola, lo más natural–a menos que seas Bruce Lee- es tener miedo y no hacer algo “heroico” por salvar tus pertenencias. Ese es un miedo que preserva la vida. Si en tu trabajo te ofrecen ir te a otro lugar con mejoras en las condiciones laborales y no aceptas porque –aunque quieres ir- piensas “no sé qué haría allá” “no conozco lo que me espera”. Ese es un miedo que entorpece la vida. Si siendo niño y llega tu papá alcoholizado y sabes que cuando llega le gusta tirar golpes, seguramente te esconderás. Ese es un miedo que preserva la vida. Si te gusta una chava y no puedes decírselo por miedo a que te diga que no. Ese es un miedo que entorpece la vida. El miedo es una sensación de angustia ante un peligro real o imaginario…lo imaginario en la mente se convierte en algo real, tanto que los cambios en el cuerpo pueden ser medi

La lección de la pérdida

Un estudiante de psicología que estaba terminando la carrera se debatía interiormente debido a la perdida que supondría la muerte de su abuelo, el cual había contribuido a su educación y estaba gravemente enfermo. Según dijo, parte de su conflicto residía en la decisión de aplazar su último año de estudios para pasar más tiempo con él. Pero también se sentía impelido a terminar la carrera en aquel momento, porque estaba aprendiendo mucho sobre de la vida. — Lo que estoy aprendiendo ahora en la facultad — explicó — , me está ayudando de verdad a crecer como persona. — Si quieres crecer como persona y aprender, debes darte cuenta de que el universo te ha matriculado en un curso de posgrado de la vida llamado “pérdida” — le respondí. Al final perdemos todo lo que tenemos; sin embargo, lo que de verdad importa no se pierde nunca. Nuestras casas, coches, empleos y dinero, nuestra juventud e incluso nuestros seres queridos son solo un préstamo. Como todo lo demás, nuestros se

La despedida y la transformación

El duelo El concepto de duelo forma parte también del proceso amoroso. Continuamente se hacen duelos. Todo proceso implica cambios; los cambios implican pérdidas, cosas que dejas y, por lo tanto, despedidas y duelo, dolor. Aceptar la transformación del enamoramiento idealizado a la vivencia de un amor con realismo implica un duelo. Las crisis de pareja son situaciones de duelo: algo se rompe, algo se deja atrás en cada una de ellas.   Pero los duelos ayudan también, no solo a cancelar cosas sino a cambiar y a disponerse para los cambios. Todo duelo implica cancelaciones y generalmente un cierto sufrimiento. El desamor, como todo cambio, tiene unos ritmos, como comentaba anteriormente. Puede suceder como el enamoramiento- de forma rápida, bruscamente, de forma lenta, poco a poco, unidireccional o bidireccional. Evidentemente es más llevadero en este último caso, y además, cuando se da lentamente, con tiempo para asumirlo e integrarlo. Pero difícilmente hay esa sincronía

Una tristeza abandonada

Psict. Diana Loyo Rodríguez Maestría en Psicoterapia Infantil Especialidad en terapia de pareja Una buena tristeza no se anda con medias tintas; una buena tristeza es seria, profunda, profesional. No necesita grandes adornos como las lágrimas. No requiere de gritos. No requiere música de entrada. Es discreta pero contundente. Una buena tristeza sabe pisar y cuando llega nadie puede dudar de que está ahí. Una buena tristeza se mete entre la piel y el músculo. Queda entrelazada ahí y qué bueno. Porque la tristeza necesita sentirse contenida, abrazada, acompañada. Por eso busca recovecos para no esfumarse sin haber sido percibida. Una tristeza bien hecha necesita sentirse cerca de la persona, porque no hay nada más triste que una tristeza abandonada. Siéntela. Reconócela. Permítele estar contigo, andar contigo. Porque cuando la tristeza se sienta reconocida y apapachada empezará a despedirse de ti. Recogerá sus cositas, esas que regó cuando llegó. Hará sus maleta

El aroma en las relaciones

Psict. Diana Loyo Rodríguez Maestría en Psicoterapia Infantil Especialidad en terapia de pareja Una persona debe saber bien cómo usar su loción. Si la usa adecuadamente, su olor se combinará con ella y harán una mezcla distintiva, un aroma único que acompañará durante el día. El cómo impregna su aroma en alguien más...ese es un punto aparte. Por ejemplo. Si la relación es distante, sólo al pasar podrá dejar apenas imperceptible un aroma sin mayor intención de ser reconocido; si no hay intención de ser reconocido pues difícilmente un aroma tendrá presencia en otra persona, no existirá. Veamos...si la relación es digamos...no indiferente y si implica una interacción, hablaremos de un aroma que será "notorio" al olfato. Al olfato. Repito: solo al olfato. Y la gente registrará algo como "mmm...huele bien" "es agradable este aroma". Bien. Ahora...hablemos de una relación cercana...hablemos de una relación de 5 o 10 cm de distancia.

En los tres primeros años de vida se sientan las bases del aprendizaje de las normas

Ana T. Jack «Pobre, es muy pequeño, solo se está divirtiendo», dice el padre enternecido, mientras su retoño de un año de edad destroza con gran alegría el último libro de Eduardo Punset, que ha robado de la mesilla de su madre… Pero reaccionar así es un error. Está científicamente  comprobado que entre los cero y los tres años se forma la personalidad del niño y, entre otras cosas, se sientan las bases del aprendizaje de los límites. Al principio, en los primeros meses de vida, se trata de adquirir rutinas relacionadas con la comida, el sueño o el baño. Son las primeras normas que conoce el bebé, y también las que le hacen sentirse seguro y protegido. Antes de cumplir un año, además, reconocerá sin problemas un no rotundo o un sí claro, por lo que con estos dos simples monosílabos se puede comenzar a guiar su conducta. Eso sí, a partir del primer año empezará a calibrar hasta qué punto sus padres son firmes con las normas. «Eso no se toca», le dirán. Y él, retador, hará el gesto

Sobre el padre, su función y los límites

Mónica B.  Aguirre de Kot Se define la paternidad como un fenómeno que, si bien comienza en lo biológico, se desprende de él. Es reconocimiento, es dar un lugar al hijo, una palabra que genera identidad, nomina y designa e influye en la cultura. Luego, la paternidad se desplazará de una persona concreta, permitiendo entrar en un mundo de símbolos, de mediaciones y de esperas. Así, vemos que la paternidad biológica es un fenómeno diferente de la paternidad como fenómeno sociocultural. Ya en la antigüedad, se consideraba que el padre era aquel que podía adoptar a un hijo; de esta manera se consideraba que la paternidad no era sólo procreación o progenitura. Hay dos momentos especiales en los que el padre, en su función, adquiere un relieve crucial y decisivo para que el niño pueda solucionar sus conflictos. Un momento comprendido es entre los seis y los doce meses de vida aproximadamente, con la iniciación del triángulo edípico; el otro es la entrada en la adolescencia,

Reflexiones sobre el amor (Parte II)

Patricia Vidal Ruibal El amor es una fuerza energética que intenta pasar a través de nosotros y, cuando no lo logra, su estancamiento genera sufrimiento y síntomas. Todos hemos experimentado en algún momento el amor que no pudo ser expresado, por ejemplo: frente a una perdida repentina el corazón parece partirse, y la sensación de estar confuso es como decir: “¿y ahora qué hago con lo que está en mi corazón”? Es el amor que no sabemos dónde ponerlo. Hasta que la vida nos enseña y nos regala oportunidades para dejar fluir el amor al servicio de la vida, si es que hacia allí decidimos mirar. Existe un nivel de amor en la fuerza subyacente que nos dio la vida, en la unión de un hombre y una mujer: el amor espiritual que nos trasciende. Y creo que existe otro nivel del amor que se mezcla con otras afectividades, y que experimentamos de manera más consciente, resguardándolo a través del ego. Los niños absorben estas distorsiones que el ego ha generado en los adultos que lo rode