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Mostrando las entradas de mayo, 2015

¿Para qué son las emociones?

Es con el corazón como vemos correctamente; lo esencial es invisible a los ojos. Antoine de Saint-Exupéry, El principito    Ahora, los últimos momentos de las vidas de Gary y Mary Jane Chauncey, un matrimonio completamente entregado a Andrea, su hija de once años, a quien una parálisis cerebral terminó confinando a una silla de ruedas. Los Chauncey viajaban en el tren anfibio que se precipitó a un río de la región pantanosa de Louisiana después de que una barcaza chocara contra el puente del ferrocarril y lo semidestruyera. Pensando exclusivamente en su hija Andrea, el matrimonio hizo todo lo posible por salvarla mientras el tren iba sumergiéndose en el agua y se las arreglaron, de algún modo, para sacarla a través de una ventanilla y ponerla a salvo en manos del equipo de rescate. Instantes después, el vagón terminó sumergiéndose en las profundidades y ambos perecieron. La historia de Andrea, la historia de unos padres cuyo postrero acto de heroísmo fue el de garantizar l

"Mi primer encuentro con la Guestalt" (Parte III)

Después de su trabajo hay reacciones diversas, muy llenas de empatía o, al contrario, de agresividad. Yo expreso por mi parte, un rechazo violento frente a Martine, quien me parece dura y no disponible. Serge me invita a decírselo cara a cara, a hablarle directamente, más que hablar de ella al grupo. ¡Demasiado difícil! adorno, reparo, arreglo. Vale más ¡que me dirija a un cojín!             Yo . -¡Y bien! Tú ves (al cojín), yo detesto tu mundo, ¡yo llamo a eso una mistificación! ¡Ya me han hecho eso! Detesto que se crean fuertes, ¡cuando realmente no es cierto! Detesto que crean poseer la verdad. ¿Sabes lo que tengo ganas de hacerle a tu verdad? Triturarla, aplastarla.             Serge . -¡Hazlo en lugar de decirlo! Agarro entonces el cojín, lo tuerzo, lo piso, lo pateo y lo arrojo. Pero voy a recogerlo, ¡no he terminado de expresar mi cólera! Lo trituro, ¡lo muerdo con todos los dientes! No puedo desprenderme, ¡a pesar de todo el mal que le puedo desear!             Serge .

"Mi primer encuentro con la Guestalt" (Parte II)

Después de una breve pausa, y siempre a título de caldeamiento, Serge propone que dibujemos cada uno nuestro universo bajo la forma de un “mandala” –se trata de hacer figurar nuestro dibujo a las gentes y a las cosas que queremos o que son importantes para nosotros, pero también los lugares o los sentimientos, y esto de la manera que nos convenga más: figurativa o simbólica. Llevamos cada uno, una o varias hojas de papel de formato grande, lápices y fieltros de colores (de los cuales una amplia reserva permanece en el centro de cuarto) y nos instalamos; algunos en un rincón, algunos en la proximidad de otro, para entregarnos a nuestra “puesta en forma”.             Muy evidentemente, este ejercicio no requiere ninguna aptitud particular para el dibujo. Sin embargo, de vez en cuando, algunos tratan de dar rodeos argumentando su gran torpeza.             Por mi parte, ¡no estoy nada inspirada! Me parece que mi universo no merece ser contado, ya que me parece informe y abstracto. No

“Mi primer encuentro con la Guestalt” (Parte I)

  “Sensibilización por Gestalt”. Este título del seminario me había inspirado.             Curiosa en todo, me había inscrito sin saber demasiado qué poner detrás de esta palabra.             ¿Qué iría a encontrar allí? ¿Un espectáculo con sensaciones fuertes? ¿Una especie de tauromaquia cruel donde los participantes se lanzan verdades horribles a la cara? ¿Un lugar donde es indecente no quitarse el velo a pesar de las reticencias? Yo temía un exhibicionismo colectivo y seguramente malintencionado.             Podía ser al contrario, ¿Iría a encontrar un círculo más o menos mágico, preservado de cualquier sufrimiento, un mundo muy amable de compasión fraterna que curaría mis heridas?             Yo esperaba, sin creer demasiado, encontrar esta última versión, temiendo también buscar un refugio en un paraíso artificial, fuera de los remolinos del mundo socioeconómico y político.             Hénos aquí once personas en la cita, esta mañana de abril de 1979, a las nueve

Ser profesor

          Elegí enseñar en Battersea, un barrio proletario que la mayoría de los profesores nuevos evitaba —pero yo había sido cartero ahí y me gustaba el sector.           Mis nuevos colegas me desconcertaban. “Nunca digas que eres ‘ profesor’”decían. “¡Si en el bar descubren que eres profesor, todos se alejarán!”. ¡Era verdad! Yo creía que los profesores eran figuras respe­tadas, pero en Battersea eran temidos u odiados. Me agradaban mis colegas, pero tenían una actitud colonialista hacia los niños; se referían a ellos como el “pobre ganado” y les disgustaban precisamente aque­ llos que yo consideraba más inventivos. Si un niño es creativo, lo más probable es que sea más difícil de controlar, pero esa no es razón para rechaz arlo. Mis colegas tenían una mala auto-imagen: una y otra vez les oía decir: “Un hombre entre niños; un niño entre hombres”, cuando describían su condición. Llegué a darme cuenta que su infelicidad y falta de aceptación en la comunidad se deb

Habilidad para enfrentar dificultades

Existen personas inteligentes que poseen cultura y formación académica, pero sucumben ante el primer problema sin saber qué hacer. No saber afrontar problemas es otro problema. Poder aceptar la realidad y sentirse capaz de encontrar caminos posibles y alternativos es indispensable para desarrollar la habilidad para enfrentar dificultades. En la antigua China, hace más de 2.500 años, Lao Tse escribió el “Tao”. En este libro está escrito que “la persona sabia busca soluciones; los ignorantes, sólo culpables”. Y en otra parte del libro dice: “Encarar la dificultad, mientras aún es fácil. Solucionar problemas, cuando aún son pequeños. Prevenir problemas grandes tomando pequeñas medidas es más fácil que resolverlos. Por lo tanto la persona Tao previene y vive sabiamente, logrando cosas grandes mediante pequeñas acciones”. La actitud que tomen los padres frente a las vicisitudes de la vida será tomada como modelo por sus hijos.       Lo primero es definir el problema

El nacimiento de una madre

El cambio de hija a madre Usted siempre ha sido la hija de su madre, y esta relación, buena o mala, siempre ha estado cerca del centro de su identidad. Cuando usted tiene un niño, empieza a identificarse más con una madre que con su hija. Su vida como la hija de alguien se convierte en su pasado de la misma manera que su futuro como madre empieza, con todas sus mejores posibilidades. Con este cambio básico, que tiene lugar durante un corto periodo de tiempo, usted puede experimentar tanto una profunda pérdida como una ganancia maravillosa. De cualquier manera, nunca más será simplemente una hija. Este cambio en su identidad es el responsable en parte de la compleja combinación de emociones que muchas de las  mujeres  sienten después del nacimiento de sus bebés. Esto explica por qué es posible sentirse feliz y triste al mismo tiempo. Feliz de tener un hijo y triste por lo que ha dejado atrás. Aceptar su intuición Una vez tras otra, cuando haya tenido a s

Miedo al castigo, miedo a la felicidad

Esa culpa tiene una reacción posterior inevitable. El sentimiento de culpa hace que el inconsciente del niño diga "Merezco ser castigado". De modo que surge en el alma el miedo a ser castigado, el cual la mayoría de las veces es inconsciente. Sin embargo, las manifestaciones pueden ser vistas en diversos síntomas, cuyo análisis riguroso nos lleva hacia las reacciones en cadena que describiré enseguida. Junto con ese miedo al castigo se instala una nueva reacción: cuando uno está contento y disfruta del placer, a pesar de que eso es un deseo natural, siente que no se lo merece. La culpa de odiar a quienes más ama convence al niño de que no es merecedor de nada bueno, alegre, o placentero. El niño siente que si alguna vez llega a ser feliz, el inevitable castigo será aún peor. Así que inconscientemente el niño evita la felicidad, pensando que de ese modo evita un mayor castigo. Esta actitud crea situaciones y patrones que parecen destruir siempre lo que uno más ha deseado en